Este mes de julio comienza el plazo para presentar el Impuesto de Sociedades del 2017 y cuentas anuales y finalizando el próximo 30 de julio. Un proceso que es sencillo y obligatorio pero que como señalamos en Asesoria Afeco Perera en Tenerife Sur Los Cristianos, especializada en aportar soluciones y servicios en asuntos laborales, fiscales y jurídicos, el 50% de las compañías comete algún error a la hora de cumplir con su obligación.
Si bien es cierto que muchas empresas se refugian en complicados entramados legales y financieros para reducir la factura del pago de impuestos a Hacienda, también hay situaciones en las que para una empresa puede resultar
beneficioso no declarar pérdidas o reducir al mínimo el beneficio.
“El impuesto sobre sociedades es el modelo tributario con el que se cierra un año fiscal, pero además de su finalidad recaudatoria, el modelo 200 es una valiosa fuente de información para que Hacienda pueda contrastar datos o que
las entidades financieras puedan evaluar la solvencia de la empresa que le solicita un crédito”, señalamos desde nuestro departamento fiscal en Asesoría Afeco Perera, en Tenerife Sur Los Cristianos.
Y es que declarar pérdidas o minimizar el beneficio de la compañía puede ser una mala idea si está pensando en pedir un crédito o vender su empresa, a la vez que se expone a multas de hasta 300.000 euros en caso de detectarse algún
error.
Durante los últimos años se nota un aumento muy significativo en el porcentaje de empresas que no depositan sus cuentas anuales en el Registro Mercantil ni publican sus actos. Por eso desde Asesoría Afeco Perera, en nuestro
departamento fiscal, en Tenerife sur, Los Cristianos destacamos tres interesantes beneficios para pagar el impuesto de sociedades y los tres errores más frecuentes que cometen las empresas a la hora de presentar las cuentas
anuales:
Tres razones:
1. Evitar inspecciones. Reflejar pérdidas anuales continuadas de forma artificial puede despertar las sospechas de Hacienda que cuenta con numerosas fuentes de información directa y de terceros para contrastar los datos fiscales de
una compañía y sus operaciones. Cabe recordar que el coste de sufrir una inspección no es solo la multa, recargos e intereses a los que se expone la empresa, sino que también tiene un coste laboral en tanto que los diferentes
departamentos legales, administrativos y financiero tendrán que invertir horas de trabajo en atender los requerimientos y la información solicitada por la Agencia Tributaria.
2. No poder acceder a financiación. El modelo 200 además de proporcionar información a Hacienda, también es un fichero habitual de datos para entidades financieras y proveedores. De este modo, si las entidades de crédito y los
proveedores ven que el beneficio de la compañía es muy reducido, o que la empresa declara reiteradamente pérdidas, pueden limitar o no concederle créditos, lo cual puede socavar la capacidad de la organización para hacer frente a
sus pagos. Además, en caso de querer vender la empresa, presentar unos beneficios bajos hará que baje el precio de la oferta de compra.
3. Una mala imagen que no siempre sale a cuenta. Los numerosos casos que salen en los medios de comunicación ponen de manifiesto que la maquinación de complejas estructuras legales para reducir los impuestos a pagar pueden afectar
y debilitar la imagen de la compañía. Además, el mantenimiento de esas estructuras requiere la dedicación de personal experto que, en ocasiones, pueden llegar a costar más que el beneficio ahorrado.
Tres errores:
1. No presentar las cuentas: por olvido, por desconocimiento, por dejarlo para el último día, por inactividad de la empresa… Más de un 43% de las empresas españolas que los registros oficiales consideran activas no tienen realmente
actividad y por eso no presentan cuentas. El problema es que muchas empresas no dan importancia a esta obligación formal pese a que supone el cierre de la hoja registral y se exponen, si no depositan los documentos de las cuentas
anuales dentro del plazo establecido, a multas de hasta los 300.000 euros cuando la sociedad tenga un volumen de facturación anual superior a 6.000.000 euros.
2. Usar plantillas: muchas empresas se limitan a utilizar plantillas, que si bien en la mayoría de los casos son adecuadas formalmente, en su memoria no contemplan las peculiaridades de cada empresa y, en consecuencia, no cuentan
dentro de su contenido con aquellas anotaciones, salvedades o términos necesarios, obligatorios o recomendables según las circunstancias de cada empresa. Una buena memoria en tiempo de dificultades puede ser un elemento
diferenciador.
3. No actualizar los datos del órgano de administración: es muy importante tener los datos del órgano de administración actualizados ya que de lo contrario te devuelven las cuentas para su subsanación.
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